03 Ene Menos es más
A mí me encanta la formación. Uno de los motores de mi vida es el aprendizaje y me apuntaría a una gran cantidad de cursos. Esto nos puede pasar a todos en lo que es el motor de la vida para cada uno.
Ante la cantidad de ofertas que me llegan estoy aprendiendo a decir que no. Practico el hecho de decir que no para simplificar mi vida y una y otra vez descubro que no lo hago lo suficiente. Requiere una férrea disciplina pero el esfuerzo merece mucho la pena. Sin embargo, se trata de una cuestión delicada.
Hay necesidades y oportunidades a las que debemos responder. El compromiso de mantener la simplicidad en medio de un mundo complejo es un acto que requiere un delicado equilibrio. No podemos controlarlo todo. Pero el hecho de elegir la simplicidad, siempre que sea posible, incorpora a la vida el ingrediente de libertad profunda, algo que nos resulta extraordinariamente esquivo, así como un sinfín de oportunidades para descubrir que menos es más. Esta es otra de mis frases favoritas que repito a mis coachees muchas veces.
Al practicar el decir que no con atención, estamos tomando una decisión y haciéndonos responsables del camino que queremos emprender. Para poder decir que no con consciencia tenemos primero que tener claridad de qué es lo que anhelamos, cuál es nuestro propósito y hacia dónde nos encaminamos. Dicho de otra forma, reconocer y ser conscientes de a qué queremos decirle que sí y a qué queremos dedicar nuestro tiempo y nuestra energía .
Poder decir que no con amabilidad y responsabilidad es un acto de cuidado y respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Decir que no implica asumir la responsabilidad de vivir un poco más conscientes.
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