03 Sep El coaching puede ayudar a superar el miedo de la vuelta al trabajo
En la Vanguardia, la periodista Celeste López exponía en su artículo ‘Vuelta a la rutina’ que los expertos advierten de un síndrome posvacacional “especialmente duro para una parte de los trabajadores”. La crisis económica ha provocado fuertes tensiones sobretodo en el ámbito laboral. La ansiedad y el miedo a la pérdida del trabajo puede que no se haya mitigado durante el periodo de vacaciones y el síndrome posvacacional puede ser especialmente intenso. Cada vez con más frecuencia leemos y escuchamos sobre esta entidad que afecta a un importante número de personas.
El síndrome posvacacional es en realidad un concepto amplio que describe una incapacidad de adaptación al trabajo tras la finalización de las vacaciones. Esta inadaptación conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físico–psíquicos (reacciones), que suelen remitir al cabo de dos semanas en algunos extremos, lo habitual es que remitan a los pocos días, según expresan los estudios de los expertos, en el que un 35% de trabajadores españoles de entre 25 y 40 años sufren esta alteración.
Estamos ante un conjunto de síntomas que reflejan un estado de ánimo como reacción de rechazo al trabajo tras un período más o menos prolongado de vacaciones. Estos síntomas pueden situarse próximos a la depresión, irritabilidad, astenia, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, nauseas, extra-sístoles (palpitaciones) , taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros.
El desajuste horario es la principal causa, seguida del cambio en el ritmo diario y en los ciclos, cambio en las comidas y sobre todo, en nuestra actividad social relacional. Si a esto le añadimos el regreso a un entorno de demandas y exigencias y a un ritmo que nos hace cambiar bruscamente nuestros hábitos de las últimas semanas, tenemos muchas posibilidades de ser víctimas del síndrome posvacacional. No afecta de igual manera a todas las personas, porque debemos tener en cuenta que además de la variable de entorno, existe otra variable más importante aún: la percepción subjetiva, la vivencia de nuestra vuelta al trabajo, y dicha vivencia puede ser positiva o negativa.
Si la relación con jefes, colaboradores y compañeros se basa en una comunicación fluida puede hacerse más llevadero el proceso de adaptación al regreso. Permitir un inicio de manera gradual e ir aumentando nuestro rendimiento ayuda a reducir el impacto psicológico de vuelta al trabajo.
Retomar la vuelta al trabajo con una actitud positiva, con visión de reencuentro con la normalidad y nuestra tarea, será nuestra meta en los primeros días sin tratar de alargar este proceso inútilmente.
¿Cuántas veces nos planteamos que nos quedan aún otros 11 meses para volver a descansar? Cada momento debe ser aprovechado como tiempo presente. Es el único que en realidad existe, no busquemos otro.
Tomemos el regreso al trabajo con esa filosofía. ¡¡Feliz regreso de vacaciones!!
Albert Soler Arpa
Posted at 10:22h, 06 septiembre«¿Cuántas veces nos planteamos que nos quedan aún otros 11 meses para volver a descansar? Cada momento debe ser aprovechado como tiempo presente. Es el único que en realidad existe, no busquemos otro» –> Totalmente de acuerdo. Y de ahí, la importancia de fortalecer nuestra capacidad de atención en el presente (entre otras, mediante la práctica de la meditación) y nuestra capacidad de disfrutar de lo que te ofrece el presente (cultivando la sensibilidad por los pequeños placeres, el agradecimiento y otras fuentes de bienestar)…. Y no es facil, porque el futuro invade nuestra mente y no deja espacio al presente.