11 Oct Mindfulness y espiritualidad: cómo desarrollar la capacidad de ser felices
La felicidad como una habilidad
Se ha demostrado que la felicidad, las emociones positivas y la claridad de atención y conciencia pueden ser consideradas como habilidades que pueden desarrollarse y mejorarse enormemente a través del ejercicio y la practica continuada.
El mundo no es tan complicado pero nuestra mente lo complica generando enredos y sufrimiento que básicamente no son la realidad: igual que en el exterior existen objetos físicos sólidos como montañas rocas y árboles, nosotros mismos llegamos a creer que los objetos mentales que aparecen, como los pensamientos, las imágenes o los recuerdos son igualmente sólidos. Entonces les damos un gran poder creyéndonos que son la realidad absoluta: lo que somos nosotros mismos y lo que es la realidad exterior. No nos damos cuenta que son eventos que aparecen en el campo de la conciencia, que aparecen y desaparecen como burbujas en el aire, como las nubes o como palabras dibujadas en el agua.
Dedicamos tiempo, esfuerzo y dinero a aprender distintas habilidades como puede ser aprender un idioma, tocar un instrumento o practicar un deporte apasionante y, sin embargo, no dedicamos apenas nada de tiempo a entrenar nuestra mente para descubrir su maravilloso potencial.
Así, nos perdemos el despliegue de la gran riqueza que somos y por el contrario nos convertimos en expertos en generar sufrimiento para nosotros mismos, dificultades en las relaciones y la falta de un propósito verdaderamente nuestro.
Del modo pensar al modo sentir
Cada uno de nosotros puede ir descubriendo una capacidad amplia y clara, a la que llamamos conciencia, que puede observar el juego mental sin juzgar, como un observador externo, como un espectador de una película de cine que observara todas las imágenes que van apareciendo en la pantalla sin dejarse atrapar por ellas.
Entonces experimentamos que nosotros no somos nuestra propia película de pensamientos y emociones sobretodo si son emociones dolorosas y no nos dejamos arrastrar por esa corriente,ni nos identificamos con ella ni permitimos que nos secuestres.
Un gran porcentaje de la actividad mental se desarrolla mientras pasamos mucho tiempo perdidos en nuestros pensamientos y totalmente inconscientes de la experiencia del momento presente, lo que nos genera un gran esfuerzo una considerable perdida de energía y el consiguiente cansancio o estrés.
Un método sencillo y muy eficaz es regresar conscientemente a nuestro cuerpo, prestar atención a sus sensaciones. Es lo que llamamos pasar del modo pensar al modo sentir.
Experiméntalo
Haz la prueba por unos instantes y experiméntalo por ti mismo:
Para un minuto y prueba a cambiar el “modo” por defecto desde el que frecuentemente vives. Pasa del modo pensar al modo sentir.
¿Puedes sentir en este instante las sensaciones de la respiración en tu cuerpo?
¿y las sensaciones táctiles del aire rozando tu piel?
¿Puedes sentir los músculos de tu cara y relajarlos conscientemente?
¿Piensas en ello o eres capaz de sentirlo directamente?
Esta es una de las primeras y sencillas prácticas en el entrenamiento del mindfulness.
Al entrenarnos en permanecer en contacto con nuestro cuerpo dejamos de estar en el parloteo mental y regresamos al aquí y ahora que es lo único real. Entonces podemos profundizar en nuestro autoconocimiento a través de una indagación serena y ecuánime.
Aunque el mindfulness es una practica milenaria que viene del budismo, en USA y en concreto en la Universidad de Massachussets se ha occidentalizado para aplicarla a las situaciones de estrés del mundo occidental.
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