El coaching puede ayudar a tolerar la frustración

El coaching puede ayudar a tolerar la frustración

En una sesión de coaching que realicé hace unas semanas, una persona me comentó que una de mis preguntas le había impactado mucho.

La pregunta era «Qué puede pasar en el peor de los casos?»

Con esta pregunta intentaba ayudar a mi coachee a que tomara perspectiva de la situación conflictiva y frustrante que estaba viviendo en su trabajo. Y es que la frustración puede generar un gran malestar. La frustración es un sentimiento de  malestar  que surge cuando no logramos nuestros deseos. De acuerdo a la intensidad de la frustración y a nuestras propias características personales, reaccionamos con molestia, ansiedad, depresión, angustia, enojo, etc.

La baja tolerancia a la frustración está relacionada con dos elementos:

  1. Una percepción equivocada y exagerada de la situación que estamos viviendo.
  2. La creencia de que es horrible vivir el malestar y no lo podemos ni queremos aguantar.

 

La base del problema no está en el dolor y la frustración que vivimos, sino en nuestra actitud ante ellos. Actuamos como si el malestar y el sufrimiento pudieran acabar con nosotros. Y creemos que estas emociones no deben de ser parte de nuestra vida.

 

Tolerar la frustración significa poder enfrentar los problemas y limitaciones que tenemos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que nos causan.

 

Dominar la frustración

 

Generalmente es en la infancia cuando aprendemos a tolerar la frustración. La poca tolerancia a la frustración provoca que, ante cualquier incomodidad, nos desmotivamos y abandonemos nuestras metas y proyectos.

Esta falta de tolerancia está relacionada con las creencias que implican que nuestra vida debe de ser fácil, cómoda y placentera todo el tiempo. Que es horrible e intolerable sufrir cualquier molestia que va más allá de cierto nivel de intensidad o de duración.

Siempre podemos aprender a ser más tolerantes ante la frustración.

Para ello necesitamos tener paciencia. La paciencia no tiene nada que ver con la necesidad y tiempos de espera, sino con la fortaleza para enfrentar el dolor sin perturbarnos emocionalmente. Siempre hay algo que podemos hacer al respecto, en lugar de enojarnos o quejarnos.

Hay épocas buenas y épocas difíciles o dolorosas y podemos aumentar la capacidad de tolerar o soportar algo, sin alterarnos demasiado.El malestar y el sufrimiento son desagradables, pero no tienen porque destruirnos.
Si aprendemos de ellos, nos fortalecemos y desarrollamos. Nuestra vida y nuestra felicidad no dependen de aquello que deseamos  y no obtenemos. Hay mucho más allá, si lo sabemos buscar.

Busca qué ideas y creencias equivocadas pueden estar provocándote la baja tolerancia a la frustración. Por ejemplo:
«Esto no debería ser así», «es demasiado», «no lo soporto», ¿por qué los demás si y yo no?, etc.
Aprende a cambiar estas creencias equivocadas que sólo aumentan el dolor o molestia que estás viviendo.

Nosotros elegimos el tipo de pensamientos que queremos tener.

Contrasta con las personas cercanas a ti si tu reacción emocional ante lo que está sucediendo podría tener otra intensidad. Si es así, trata de ver las cosas desde otra perspectiva. ¿Cómo las vería y que haría alguna de las personas que son importantes para ti?

Enfócate en buscar una solución adecuada y no en el malestar que sientes. La tolerancia se fortalece, como cualquier músculo, trabajándola y practicando. No pasa nada si nos sentimos mal durante un periodo de tiempo.

El malestar pasa y el aprendizaje puede ser enorme a largo plazo.

Toma el control sobre estas creencias y limitaciones, identificándolas y utilizándolas para aumentar tu autoconocimiento, ser consciente de ellas te ayudará a comprenderte y gestionarlas de forma positiva.

 

 

 

 

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Mireia Poch
Mireia Poch
mireia@mireiapoch.com

Coaching y mindfulness Solidario para profesionales

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